Prueban un fármaco con cannabis para tratar migrañas y cuadros de autismo en niños

13.05.2025
BUENOS AIRES, mayo 13: Dos ensayos clínicos que se hacen en el país utilizan un tratamiento de cannabidiol aprobado por la ANMAT para estas dos dolencias, buscando conocer su efectividad y seguridad.

El cannabis medicinal gana espacio en las ciencias médicas, al menos por los promisorios resultados de dos estudios que se realizan en Argentina con la marihuana como tratamiento para la migraña crónica y el autismo. Investigadores de La Rioja, provincia del noroeste del país, usaron un medicamento que ya está autorizado para el tratamiento en la epilepsia en pacientes con dolores de cabeza frecuentes y lograron resultados positivos. A su vez, científicos de Buenos Aires y de Tucumán también aplicaron cannabidiol en niños diagnosticados con autismo grave y también encontraron mejorías. Los dos trabajos están en fase 2 de la investigación, reveló esta semana el diario Clarín. El avance en el abordaje de las migrañas, una afección que cuando es crónica puede durar largos días corridos y que va muchísimo más allá de un dolor de cabeza intenso, es un estudio clínico de una modalidad que se conoce como "off label" y que significa que se busca una solución terapéutica por fuera del uso que indica el prospecto del producto. Los investigadores apelaron a un producto que ya existe en el mercado y que está autorizado por el ente local regulador de medicamentos (ANMAT) para el tratamiento de la epilepsia refractaria y cambiaron la dosificación. Los resultados no están publicados todavía, pero los autores del trabajo aseguran que son muy alentadores para el tratamiento de esas migrañas. El segundo es una investigación publicada en la revista Pharmacology, Biochemistry and Behavior, resultado del trabajo de investigadores argentinos. El título -traducido al español- es elocuente: "El cannabidiol purificado conduce a una mejora de los síntomas conductuales graves resistentes al tratamiento en niños con trastorno del espectro autista". Por mucho tiempo seguirá siendo obligada la tarea de aclarar que estos avances involucran un tipo de aceite de cannabis que no tiene THC; es decir, tetrahidrocannabinol, básicamente el componente psicoactivo más importante del llamado amablemente "cannabis recreativo" y que informalmente todos llaman marihuana.

Los expertos hablan de tres tipos distintos de aceite de cannabis. Quien lo compartió con Clarín fue el bioquímico Carlos Laino, director del Instituto de Biotecnología (Universidad Nacional de La Rioja) y del Centro de Investigación en Medicina Traslacional, institución que depende del Ministerio de Salud de esa provincia. Uno de ellos es el que -se está viendo ahora- tendría efectos beneficiosos contra las migrañas y el autismo. Según Laino, "hay un consenso internacional que dice que el mejor tratamiento preventivo contra las migrañas crónicas es el que disminuye la cantidad de migrañas y también su intensidad". "Es que, a diferencia de la migraña espontánea o aguda, la crónica es de muy difícil tratamiento. Así, se considera 'tratamiento preventivo' haber conseguido -al menos- transformar la migraña complicada en una migraña chiquita, más fácil de tratar", explicó. Sobre la experiencia con niños autistas también se mostró optimista: "Fue un estudio piloto con pocos pacientes. Fueron 30, de los cuales 10 usaron placebo; otros 10, una dosis baja de CBD aislado; y los restantes, una dosis mayor. Se generó una evidencia chica, pero evidencia al fin", resumió, contento, Laino. Los investigadores, según detalla Clarín, no omiten que hubo efectos adversos en el 65 por ciento de los pacientes, pero es un balance difícil (y por eso faltaría hacer estudios más extensivos), ya que muchos de ellos experimentaron, en simultáneo, mejorías. Esos efectos mayormente consistieron en un aumento de la irritabilidad y un apetito decreciente, pero los autores remarcan que fueron cambios entre leves y moderados. Los voluntarios tenían entre 18 y 65 años, todos con migraña crónica diagnosticada. El estudio duró tres meses y se fue escalonando la dosis, dadas las particularidades del cannabis, en ese sentido. Y es que, a diferencia de lo que pasa con la mayoría de los fármacos, esta sustancia tiene la particularidad de comportarse "en la forma de una U invertida", explicó el científico.

El segundo hallazgo va de la mano de este. Es una puerta posible frente al desaliento frecuente que sufren tanto los pacientes como quienes acompañan a las personas con trastornos del espectro autista. Se trata de un trabajo liderado por Roberto Caraballo, investigador Principal del CONICET, ex jefe de Neurología del Hospital de Pediatría "Prof. Dr. J.P. Garrahan" (institución que participó activamente de este trabajo), al que se sumaron el Centro Equipo de Neurodesarrollo INIZIO, de Tucumán, y el Hospital General de Agudos "J.M. Ramos Mejía". También usaron CBD aislado, también hicieron un estudio de fase 2 y también buscaron, no una cura milagrosa sino una disminución o mejora de la sintomatología asociada, sólo que en este caso el foco no estuvo puesto en las migrañas sino en el autismo grave. Para espoilear los resultados, las familias de los 20 chicos estudiados observaron un impacto positivo en el día a día, en la dinámica familiar, en los niveles de estrés y en la calidad de vida. Según establece el trabajo, "los pacientes fueron observados en diferentes escalas, y en intervalos de tres meses". En la mediana de dosis usada y a los 11 meses, 18 pacientes (90 por ciento) tuvieron al menos un síntoma mejorado (según el reporte de los padres). De los dos restantes, uno tuvo un empeoramiento y el otro no respondió. Entre los resultados secundarios basados en la evaluación de distintas escalas se encontró una mejoría en los ítems "irritabilidad", "retracción social" e "hiperactividad", en el 30 por ciento de los participantes. Las conductas restringidas y repetitivas mejoraron en el 50 por ciento de los casos, aclara el trabajo. En cuanto a los patrones de sueño, mejoraron "levemente". Los investigadores no omiten que hubo efectos adversos en el 65 por ciento de los pacientes, pero es un balance difícil (y por eso faltaría hacer estudios más extensivos), ya que muchos de ellos experimentaron, en simultáneo, mejorías. Esos efectos mayormente consistieron en un aumento de la irritabilidad y un apetito decreciente, pero los autores remarcan que fueron cambios entre leves y moderados. Y, por otro lado, lo del apetito deberá ser analizado en profundidad, considerando que es famoso el problema del aumento de peso que produce la medicación clásica contra esta patología. Dado que en el 40 por ciento de los chicos, la medicación concomitante que tomaban pudo ser reducida o parcialmente discontinuada, los investigadores concluyeron que el CBD aislado es «efectivo y seguro», y puede beneficiar a pacientes con autismo severo, ya que mejora algunos de los síntomas centrales, incluyendo conductas repetitivas, disruptivas y desórdenes del sueño.